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5 septiembre, 2013

45 Festival Internacional Encuentros de Música Contemporánea

YO ESCRIBO TU NOMBRE… LIBERTAD

El 45 Festival Internacional Encuentros 2013 está signado por los versos del poema de Paul Eluard, que los franceses aprendieron en la escuela. Claro que no se trata de la libertad del estrecho liberalismo, la invocada para los negocios privados con fondos públicos. Ni del uso demagógico de la libertad, que siempre está en juego. Es la del artista auténtico en pugna creativa, al límite de lo inefable. La vida está en juego, como en el poema de Eluard, volanteado sobre las calles de París ocupada por los nazis.

La poesía estuvo presente en las obras interpretadas por el Grupo Encuentros dirigido por Alicia Terzian. Con Marta Blanco, mezzosoprano, Claudio Espector, piano, Sergio Polizzi, violín, Carlos Nozzi, violoncelo, Fabio Mazzitelli, flauta, Daniel Kovacich, clarinete, Arauco Yepes, percusión. Son integrantes de una formación con 35 años y trayectoria internacional.

En Three songs from W.Shakespeare (l953) Igor Stravinsky incursiona en la técnica dodecafónica, con versos del Cisne de Avon. La atmósfera instrumental enmarca a la melodía. Un acompañamiento entrecortado para la continuidad del canto. La media voz estilizada de Marta Blanco finaliza la segunda canción. Y en la última un agitado juego de pizzicati de la cuerda precede al intrigante colorido de los vientos (flauta y clarinete).

BARBARIE Y CIVILIZACION

Nuevamente se programó Tacuabe (l991) del chileno Sergio Ortega. Luego de una introducción de viola, la voz grabada de la directora recita Ya no quedan indios en el Uruguay, como referencia a la civilizatoria puntería de la caballería. La cuerda dramatiza situaciones y se intercala con el recitado. Los charrúas son donados al museo de París, expuestos a la curiosidad. Una suerte de danza macabra, un ritmo regular ironiza la actitud de los científicos, que toman medidas de los cráneos. Viola y voz se entrecruzan cuando deducen escasa inteligencia y carácter violento de la indiada. Solamente sobrevive el guerrero y músico Tacuabe, el que frotaba su cuerda de crines. Notas agudas hasta pianisimo, casi un silbido por parte de Sergio Polizzi, apagando.

Confluencias (2012, estreno) del argentino Juan Carlos Figueiras, destaca en estilo amplio, abarcativo, el poema de Marta Giustozzi. Yo soy los otros/ los que cruzaron el mar tanto como Soy también la piel oscura/ curtida por mil vientos, Aquí confluye musicalmente la identidad europeo-americana, lo popular y lo académico, lo tonal y lo atonal. El piano de Claudio Espector apoya el vertiginoso juego instrumental de flauta, clarinete y violoncello, o de la mezzo soprano que realza los versos en un final exaltado.

La obra Hyxos 1 y 2 (1955) del italiano Giacinto Scelsi, integra la voz con otros instrumentos en un estilo peculiar. Campana y gong preanuncian a la flauta. Un llamado se entreteje con el sutil matiz percutivo que se prolonga en armónicos o se corta en seco. Una gama de sonidos en juego. Donde por momentos, el paseo ondulatorio de la flauta evoca la imagen del encantador de serpientes.

Voz, violín y piano (1976, primera audición) de Morton Feldman, es una obra estática, con pocas notas y sonidos, de resultado sintético. Una miniatura de texturas libres. Cambios de timbres sutiles articulados por silencios. La voz entona una queja que se extiende en sucesivas tonalidades. Y se prolonga en violín con apoyo del teclado, en acordes disonantes. El canto de la mezzo acaba en un jadeo que pierde el aliento, alargando el sonido.

HACIA UN FINAL FELIZ

El conjunto completo, sin la voz, encaró el estreno de Phótismós (2012) de Pablo M. Freiberg, argentino. La simple lectura de las notas arriesga la vacilación o un posible desajuste ante un lenguaje que invita a la minuciosa elaboración. El Grupo Encuentros sortea el reto al interpretar el pensamiento del compositor puesto en las notas. Pasa por climas herméticos de meditación hacia ritmos regulares, para volver a la nube de sonido. El violín se adelanta como una voz aguda que prolongan los vientos y las notas salpicadas del piano. Frulatos y aliento retenido con sonidos eólicos, soplados. Pizzicatti dialogado entre las cuerdas. Halagos tímbricos. Armónicos de violín que se funden con sonidos eólicos y notas reales de la flauta. Los músicos transmiten atmósferas sugeridas en la partitura.

Tan feliz (2013, estreno) de la argentina Patricia Martínez, (música y poesía) es una pieza propuesta por el contratenor Martin Oro. Para flauta, clarinete, violín, violoncello, piano, percusión y canto.

Ahora el tiempo fluye suspendido. Desde un pianíssimo, la voz transita un continuo presente. Se integra en glissando con las cuerdas. Trémolo del violin y el texto se acelera hasta un cierre. Solvencia grupal en la interpretación.

Como si el cuerpo se deslizara/ en un delicado continuo/ sordo, pleno,/ movimiento sin acto;/ simple belleza de soltar.

Desliz de juegos vocales. Rebotes de arco, violin en sutil spicatto. Saltillos, idas y venidas sobre cada nota. Suaves toques del teclado y percusiones sobre la madera. Virtuosismos en miniatura cuando se repite: Delicado…, delicado continuo, en una suerte de rubato. La voz de Martin Oro ondea plácida, en vaivenes sucesivos.

Vibrato del clarinete, irregular en velocidad y profundidad.

Hay que escuchar y ver al contratenor, sus movimientos con la mano en la cara, para cambiar los armónicos. Tapa la boca para cambiar la vocal. Con glissandos largos y cortos hasta llegar al semitono o el microtono. Trinos de garganta y crescendos. Tan felices como dos gongs y una campanina en el fondo del escenario. Un juego de crótalos, con baquetas de metal y arco frotado.

Al finalizar se entregaron los premios 2013 de la Tribuna Argentina de Compositores (TRINAC) y de la Tribuna de Música Electroacústica (TRIME)

OSVALDO ANDREOLI

 

poeta y crítico cultural miembro de ACMA (Asociación de Críticos Musicales)