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18 diciembre, 2012

Nuevamente arte y negocio se volvieron a unir en el mayor evento del continente americano.

 

Por: Gerardo Serra (Corresponsal en Miami)

La feria artística Art Basel de Miami 2012 se realizó desde el día 4 al 9 de diciembre en el Convention Center de Miami Beach. Es un acontecimiento que tiene sus defensores y sus detractores: hay quienes lo ven como la vitrina de los comportamientos glamurosos y de las tendencias de las artes contemporáneas; pero también hay quienes cuestionan el concepto estético de las obras expuestas y, sobre todo, el elitismo y el mercantilismo reinantes; en tal sentido, la periodista Katie Orlinsky, del New York Times, expresa en una de sus reseñas una de sus reseñas que es un gran circo internacional con poderosos marchantes de artes.

Art Basel Miami 2012 ofreció a los visitantes una selección aproximada de obras de 2.500 artistas, entre los que se encontraban maestros consagrados del siglo XX y figuras emergentes del arte contemporáneo de diversas partes del mundo. Simultáneamente, se realizaron alrededor de a 22 ferias satélites y eventos paralelos, entre los cuales se destacaron: Art Miami, Scope, Design Miami, NADA, Pulse Miami, Untitled, Aqua, Miami Project, Fountain Miami, Miami Independent Thinkers, Overture, Pool Art Fair, Red Dot, Verge Art Miami Beach, INK Miami. Algunas de estas ferias paralelas comienzan a realizarse por primera vez este año; es el caso de Miami River Art Fair, organizada y curada por la mexicana Nina Torres.

En esta edición, se postularon más de 680 solicitudes; después de un intensa selección, fueron escogidas 260 galerías de 31 países: Estados Unidos, Alemania, Francia, Gran Bretaña, Brasil, Italia, Suiza, España, Austria, Bélgica, México, Argentina, China, Canadá, Colombia, Dinamarca, Japón, Portugal, Turquía, Sudáfrica, Grecia, Irlanda, Israel, India, Islandia, Corea, Noruega, Perú, Rusia, Suecia y Uruguay.

Art Basel Miami 2012 estuvo dividida en varias secciones dentro del espacio del Convetion Center; eran cubículos de diferentes tamaños, seleccionados de acuerdo con ciertas normas, clasificaciones y criterios estéticos. Ellos son: Art Positions, Art Galleries, Art Nova, Art Kabinett, Art Public, Art Magazines y Art Video.

En el espacio de Art Positions, se pudieron apreciar los proyectos realizados por artistas individuales de 16 galerías; esta sección es una tribuna para que directores de museos, coleccionistas, críticos y apasionados del arte disfruten los trabajos de nuevos artistas emergentes, nacidos en su mayoría en la década de los 80.

Entre los artistas latinoamericanos participantes en Art Positions, resaltó la argentina Irene Kopelman, representada por la galería Labor. Esta artista, que actualmente hace un doctorado de Artes en Holanda, propone concretar proyectos estéticos a partir de modelos abstractos del conocimiento. Sus obras son un reto al modo en que los espectadores perciben la naturaleza y el mundo en general.

La galería Spinello Project presentó obras de Agustina Woodgate, creadora también argentina, y quien participa de Radio Espacio Estación, proyecto bilingüe que se encuentra en la red. La artista sitúa su propuesta en «el intercambio con los otros, más que en el encuentro entre un observador y un objeto», y apuesta por la renovación colectiva de significados.

Art Galleries fue la más grande de las secciones: congregó 201 galerías. Se destacó Bernard Jacobson Gallery, con más de cuarenta años de experiencia en el mercado de las artes, que trajo una selección de la obra del artista Robert Motherwell, una de las más importantes figuras de la Escuela de Nueva York. En esta sección se pudieron apreciar otras galerías que representaron a maestros del arte latinoamericano: Soto, Botero, Roberto Mata, Luis Tomasello, Carlos Cruz Diez, Lygia Pape, Beatriz Milhazes, Laura Lima. También, obras de Léger, Miró, Picasso, Gris, Duchamp, Calder, Warhol.

En la sección Art Nova, se presentaron cuarenta galerías nuevas que mostraron obras nunca expuestas, realizadas por jóvenes en los últimos tres años. Esta sección incluyó trabajos recientes de un centenar de artistas; cabe destacar entre otros a: Tania Pérez, Nina Beier, John Gerrard, Michelle López y Hans Schabus. Sobresalió la presencia del colectivo A Kassen, de Dinamarca, cuyas propuestas se basan en situaciones absurdas o irónicas. Asimismo,la galería Marília Razukexpuso la obra dela brasileña Débora Bolsoni, interesada en la desarticulación del significado de las estructuras de poder y sus consecuencias en la sociedad actual.

Art Kabinett presentó arte conceptual y relacionado con movimientos sociales que marcaron la historia mundial. Expuso obras de Marcel Duchamp y otros de su familia, como: Jacques Villon, Raymond Duchamp-Villon y Suzanne Duchamp. Hubo propuestas comprometidas y osadas, como las instalaciones de luz del chileno Iván Navarro, los dibujos de Jorinde Voigt y los llamativos carteles pop de Turner Fiona Banner.

Art Public, en conjunto con Bass Museum, exhibieron en la avenida Collinsesculturas, videos y funciones en vivo para el público presente. Entre los artistas latinoamericanos que estuvieron: Teresa Margolles, José Dávila, Miguel Andrade Valdez, Iván Navarro y Juliana Cerqueira.

Art Magazines es la sección de Art Basel en la cual diferentes estancos muestran y venden publicaciones periódicas de empresas privadas y públicas. Entre las publicaciones participantes, se encontraban: Nexus, Art & Deal, Arte al Límite, Iberoamericana International Magazine, Caviar Izquierda.

Art Video contó en este año con dos sedes: una, en Miami Beach Convention Center; la otra, al aire libre, en el parque Sound Scape, en donde se proyectaron los trabajos de varios artistas. Fue organizada en colaboración con David Gryn, director de Artprojx, de Londres. Se presentaron 60 filmes y videos.

Art Basel, McDonald’s de las artes

Desde su inicio, Art Basel fue planificada como una franquicia de las artes. Fundada en Basilea, Suiza, en 1968, por Ernst Beyeler, fue llevada a cabo en 1970. Beyeler era uno de los coleccionistas de arte más importantes de su tiempo; creó la feria con el fin de difundir y vender su colección personal, pero con el tiempo se convirtió en una empresa de altos dividendos. Para impulsar la internacionalización de la exposición, a principios de la década de 1990, y más tarde, en 2001, dos nuevos directores fueron nombrados como jefes de Art Basel Switzerland; ellos fueron Lorenzo Rudolf y Samuel Keller. Al parecer, el principal objetivo de ellos era impulsar aun más las ganancias de la feria y, para lograrlo, optaron por la globalización y la ampliación del mercado artístico. Fue entonces cuando crearon Art Basel Miami, en el 2001; no es casualidad que, para el año 2013, ya han planificado Art Basel Hong Kong, en el mes de marzo. Tampoco es coincidencia que en pocos años proyecten realizar Art Basel de Medio Oriente. En la próxima década, todo el año habrá una mega exposición en donde comprar arte en cualquier punto de la Tierra.

En 1991, Lorenzo Rudolf aprovechó el boom del arte norteamericano de los años 80 y la prosperidad de la economía para ampliar las operaciones comerciales mediante la creación de la feria de arte Art Basel. Después de una investigación social y económica, la ubicación ideal fue Miami Beach. Fueron muchos los factores para escoger dicha área; entre ellos: los barrios art-decó, el impulso del arte emergente, la intensa vida nocturna, el clima favorable y su ubicación territorial. Y, sobre todo, porque Miami ofrece a los nuevos ricos y coleccionistas latinoamericanos un lugar cercano donde invertir. Por otra parte, Wynwood, un barrio al oeste de South Beach, en el lado opuesto de Biscayne Bay, es una zona industrial llena de depósitos y almacenes, muchos de ellos desocupados, que ofrece grandes posibilidades para instalaciones temporales, y además para galerías, boutiques, clubes, restaurantes, etc.

La idea fue presentada al director ejecutivo, Tony Goldman, conocido por renovar barrios marginales como el Soho de Nueva York. El empresario es, además, dueño de varias empresas relacionadas con el turismo y los bienes raíces en el área sur de la Florida. La feria dio refinamiento a una ciudad típicamente turística; de suerte que un evento de tal magnitud atrajo rápidamente tanto a hipsters como a inversores en bienes raíces y en otros ramos.

Al principio, la directiva de Art Basel se mostró reacia a los planes expansionistas; las ganancias jugosas hicieron que cambiaran de actitud. Actualmente, a pesar de que la hambruna azota a millones de individuos en todos los puntos del planeta, el desempleo arroja cifras rojas, y millones de familias se van a vivir a la calle porque pierden sus casas, en años anteriores varios medios de comunicación dedujeron que las ventas de arte fueron de entre 200 a 500 billones de dólares; estos datos se mantienen celosamente guardados. (Al momento de escribir estas líneas, no existen datos globales de las ventas realizadas en el 2012, del último Art Basel).

La multitud de visitantes es otro fenómeno astronómico: en el 2011 asistieron 50 mil personas, y 70 mil en el presente año; casi todos los presentes hacían gala de vestimentas elegantes o estrafalarias; muchas personas van a apreciar el arte, pero también a socializar y ser admiradas. Según el historiador Arnold Hauser, intentar imitar a la burguesía y la pasada aristocracia europea, en sus hábitos, gustos y gastos, no es un fenómeno social nuevo, arranca en 1830 con la revolución de julio en Francia. Este comportamiento de mirar-para que-me-miren es usual en la Feria, donde sensibilidad humana, erudición y conocimiento no se asocian necesariamente con los planteamientos de las obras expuestas; en tal sentido, en una entrevista reciente publicada en revista Nagari, el conocido Alfredo Triff, creador de la pagina web tumiamiblog, expresa: «El arte hoy es una excusa para la cultura. El arte se ha democratizado, con la paradoja que esto implica con respecto a la calidad. Podríamos hablar incluso de un arte franquiciado». El profesor de filosofía se refería a Art Basel.

Invertir en arte otorga prestigio, una imagen de altruismo al comprador; no obstante, la falta de educación de los coleccionistas es quizás una de las causas por las cuales en esta feria existen tantas obras de dudosa calidad técnica y belleza. Al decir de la crítica Avelina Lésper, vivimos la dictadura del arte mediocre: «La cantidad sí importa. Hacer públicos los precios de las obras y cotizar a los artistas es el objetivo de una feria como Art Basel de Miami. Al margen de si venden o no, lo que trasciende es el precio, y eso le otorga al artista un rango dentro del negocio».

Es imposible determinar a priori qué es arte y qué no es; sin embargo, en Art Basel Miami 2012, tanto como en los años anteriores, se observaron las cada vez más marcadas tendencias de las galerías a mostrar objetos, videos o instalaciones que distan de tener algún valor estético. Lo bello o lo estético han sido remplazados por morbosidad, curiosidad, asombro, entretenimiento o decoración. Las obras se han convertido en marcas y nombres comerciales; aparecen o desaparecen de este mega espectáculo, dependiendo de cómo se cotizan los nombres de sus creadores en la bolsa de Wall Street.

Ya desde los años sesenta, críticos como Della Volpe anunciaron la enfermedad de las artes contemporáneas. En 1984, Arthur Danto describió la partida de defunción, en su ensayo El fin de las artes: «Sus movimientos actuales no reflejan la menor vitalidad; ni siquiera muestran las agónicas convulsiones que preceden a la muerte; no son más que las mecánicas acciones reflejas de un cadáver sometido a una fuerza galvánica».

Vale la pena preguntar si será posible que la mercantilización del arte en ferias como la reseñada es la tumba de este aparente cadáver insepulto. A lo mejor, las artes actuales se encuentran en un trance catatónico, y quizás es probable que los artistas puedan ayudar revivirlo. Lo vamos a saber en el 2013.

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Datos curiosos

70.000 personas visitaron durante cuatro días Art Basel Miami 2012.

– Asistieron representantes de 130 museos e instituciones del mundo.

– Aunque el pasado año declararon una súper venta, este año no obsequiaron catálogos de la feria a los periodistas, debido a recortes del presupuesto. El catálogo se debía pagar 70 dólares. Los bocadillos no fueron gourmet, como en otras ocasiones; la taza de café la vendían a 10 dólares.

– La USB (Unión de Bancos Suizos) cuenta en su colección privada con 35.000 mil objetos artísticos y financia la feria pero, como muchas otras instituciones de esta naturaleza, se ha visto envuelta en evasión de impuestos y otros serios escándalos internacionales.

– A la ciudad que antes denominaban «Miami Vice», por la violenta serie de TV, ahora se le llama «Miami Nice», debido a Art Basel.

– Miami fue escenario de 22 ferias «satélites» de arte, diseño de muebles, esculturas, joyería y exposiciones de murales y grafitis. Algunos artistas anunciaron la puerta abierta de sus estudios o de sus propias residencias, tal como Judith Ghashghaie, quien fue visitada por coleccionistas y representantes de Eka Moor Art Gallery, de Madrid, entre otras.

– Todas las vanguardias históricas estuvieron expuestas: dada, constructivismo, Bauhaus, modernismo, surrealismo, futurismo, cubismo; junto con creadores emergentes del siglo XXI, arte moderno y contemporáneo estadounidense, europeo, asiático y latinoamericano.

– En Art Basel, la crisis financiera global ni se menciona; en los últimos años, los administradores han sido celosos en dar cifras de las ventas totales de esta megaferia. Hace varios años, Bloomberg citó estimados que colocaron en 200-500 millones de dólares las ventas totales en Art Basel Miami Beach.

– Art Basel duró 4 días. Se realizaron más de 40 fiestas en lujosos hoteles y locales, limitadas a personajes del jet set, artistas de Hollywood, políticos, cantantes de reggaeton, modelos, reinas de bellezas, deportistas. Pocos fueron los invitados para fiestas exclusivísimas de coleccionistas habituales y exigentes.

Miamificación de las artes es un nuevo concepto usado para explicar el nuevo fenómeno de las ferias.

– Art Basel Shanghai 2013 promete más o menos el mismo contenido de sus ferias hermanas. Shanghai está influenciada por la cultura norteamericana y, según los críticos, la feria contribuirá más a la occidentalización de la ciudad.

– Circuló el rumor de que existía pánico entre los coleccionistas; las obras del británico Damien Hirst, el de los cadáveres de animales en formol y la calavera con diamantes (que nadie supo si eran auténticos), han perdido un 30% de su valor. Muchos críticos esperan que haga algo más extravagante para los próximos meses, a fin de subir nuevamente el valor de sus obras: cosas de Wall Street.

– Ernst Beyeler, fundador de Art Basel, murió hace tres años; la revista Forbes estimó que su colección de arte (que mayormente reunió después de la segunda guerra mundial) tenía un valor de más de dos mil millones de dólares.

– En Art Basel Miami Beach, es tradición ver rubias altas, estilizadas, vestidas por diseñadores famosos. Son las llamadas Natashas: van con la expectativa de que algún magnate las lleve a su casa para la cena o como una pieza más de su colección.