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10 diciembre, 2013

Francisco Kröpfl Lírico electrónico

Kröpfl fundó el Estudio de Fonología Musical de la UBA, el primer laboratorio institucional de música electrónica en América Latina. Allí compuso, en 1959, Ejercicio de texturas y Ejercicio con impulsos, ambos para sonidos electrónicos. Alberto Ginastera le solicitó un presupuesto para un laboratorio importante como el que había visto en Columbia. En 1963, se creó en el Instituto Di Tella un Laboratorio de Música Electrónica, gracias a un subsidio de la Fundación Rockefeller.
Allí Kröpfl se hizo cargo de la enseñanza de Música Electrónica en 1967. Por esa época, también tocaba jazz a cuatro manos con su amigo Gerardo Gandini, mientras compuso Mutación I (1968, para cinta), la música para el audiovisual En el Reino Helado de Flash Gordon (1968, para sintetizador) y Música para sintetizador (1970).
Luego, el laboratorio pasó a formar parte de un organismo de la Municipalidad y fue la base
de lo que hoy es el Laboratorio de Investigación y Producción Musical (LIPM) que funciona en
el Centro Cultural Recoleta. Actualmente, en el LIPM se imparte formación básica en Síntesis
Digital y en Procesamiento por Computadora. También se accede al uso de herramientas para música electrónica en tiempo real.
Un lírico electrónico
La historia de la vanguardia musical en la argentina está ligada a Francisco Kröpfl, considerado el pionero de la creación por medios electroacústicos en nuestro medio. Discípulo de Juan Carlos Paz, fue presidente de la Federación Argentina de Música Electroacústica (FARME) y director musical de la Agrupación Nueva Música (ANM), compuso Nocturno y Scherzo al visitar el Columbia- Princeton Electronic Music Center de Nueva York (beca Guggenheim 1977-1978). Con su pieza Orillas otuvo el premio Magistere en el concurso de Bourges, Francia. Integró la Academia del Instituto Internacional de esa ciudad y el Directorio de la Confederación Internacional de Música Electroacústica (CIME). Obtuvo los premios Municipal y Nacional de composición.
En su música, buscó la dramaticidad a través del procesamiento del sonido y la amplificación espacial. Lo prefirió al trabajo con la orquesta. Con la composición electroacústica es posible un control que le permite escuchar lo concebido sin intermediación. La novedad técnica elimina el problema de la interpretación. El compositor interpreta. Su catálogo de obras incluye música de cámara, orquestal, electroacústica y mixta.  La formalización estructurada no le impidió desarrollar una veta lírica a través de la electrónica.

Bajo la combinatoria de timbres originales, en esa búsqueda del sonido prístino, «puro» (que
acerca las exigencias de la música electrónica a la fenomenología de Husserl o a la ontología
fundamental de Heidegger), se escucha sin embargo una voz, la respiración humana de Kröpfl. Esto se advierte también en el divertimento escénico La tercera es la vencida (con un grupo de cámara), o en su A dúo 02 para flauta y viola (un diálogo que se interrumpe cuando la viola se ensimisma solitaria). Relato es una obra de 2006, una suerte de melodrama basado en un cuento borgiano, donde un atisbo alegórico se vierte en el cuarteto musical
y en el íntimo recitado.
Creación interactiva
Los avances en la tecnología interactiva y multimedia tuvieron influencia en la música electrónica y en su interpretación. La tecnología de comunicaciones como Internet y otras redes informáticas han permitido a los compositores intercambiar programas de música e incluso sonidos grabados.
Muchas obras combinan sonidos electrónicos y acústicos. Los compositores de éste género trabajan en colaboración con otros medios como el video, el cine o la danza.
Kröpfl introdujo la interacción entre partes predeterminadas y la improvisación del intérprete en Música 09 para sintetizador, computadora y percusión electrónica. El compositor tocó motivos rítmicos y melódicos en el sintetizador que la computadora devolvió modificados, y ante los cuales el intérprete respondió con breves improvisaciones.

Esta obra se pudo apreciar en un concierto dedicado al compositor en la Biblioteca Nacional, en el que también se escuchó Música 1958, para piano, donde encontró la forma orgánica siguiendo una serie de reglas, basada en un material hecho de intervalos y con una impronta rítmica emparentada con el jazz.La obra está dedicada a Pierre Boulez, y presupone la escucha de Stockhausen.

Revolución musical y autorreflexividad 
La conciencia reflexiva juega un rol predominante  en la música de vanguardia posweberniana. Según Enrico Fubini, la obra nace más de un impulso crítico, filosófico o estético que de razones estrictamente musicales. Los músicos reflexionan sobre su producción, que parece surgir de un terreno de polémica estética, como demostración
de ciertas teorías.
Un antiguo admirador de Webern, nuestro Francisco Kröpfl, (que nació en el Imperio austrohúngaro, hoy Rumania) supo publicar L’écriture du Temps en la Conferencia de Música y Filosofía de Lyon 1988; también Metodología de Análisis Rítmico en la Conferencia de la Convención Nacional de Musicología, en 1986 en Buenos Aires.
La música electrónica se presenta —al menos desde el punto de vista teórico— como el acto
revolucionario más radical llevado a cabo en la tradición de la música occidental. Como novedad técnica, el compositor puede plasmar el sonido a su gusto. El músico se encuentra liberado tanto de los instrumentos con sus timbres como del material de la escala diatónica y cromática. El sonido es considerado un valor absoluto, autónomo e independiente de relaciones jerárquicas.
Ante la nueva condición de la música, el pentagrama con la notación tradicional resulta inadecuado. Hay otra notación, una nueva grafía musical. Con la música electrónica, concreta, puntillista, aleatoria, espacial, hubo una revolución musical. Se abandonó la escala diatónica y cromática, fundamento común de la música tradicional. Sin embargo, para Mutación, una de las primeras obras que Kröpfl hizo por computadora, realizó primero la partitura. Los sonidos son sintéticos (síntesis por modulación en frecuencia); la partitura indica cómo construirlos y describe la organización de la polifonía y del proceso formal. El carácter autocentrado y autónomo de lo musical se manifiesta también en los títulos de las obras de Kröpfl, por lo general con un sustantivo seguido de un número, que suele indicar el año de composición.

Un rasgo de época es la autoreflexividad. La obra reflexiona sobre sí misma y se exhibe el momento de la producción, de la elección del recurso, advierte Oscar Steimberg, semiólogo y autor de los textos de la ópera de cámara La tercera es la vencida, que es una obra dentro de otra obra. Para el compositor, se trataba de un «juego escénico» sobre un cuento de Italo Calvino y una parodia sobre el género operístico. Curiosamente, en uno de los ensayos del libro Tangos Cultos, «De malevos vanguardistas y pitucos arrabaleros», Laura Novoa aborda el tango como material electroacústico y evocado como horizonte rítmico por Francisco  Kröpfl.
En el VI Congreso de la Asociación Argentina de Semiótica, el propio Kröpfl reflexionó sobre
la situación del oyente ante la irrupción de la tecnología del sonido, los cambios profundos en los modos de escuchar y percibir el sonido, las nuevas modalidades artísticas y poéticas sonoras, impensables anteriormente.