Image Image Image Image Image Image Image Image Image Image
Menu +

Arriba

Top

4 mayo, 2012

 

Según los expertos, las alergias primaverales van en aumento debido al cambio climático y la contaminación ambiental.

 

Por Flor Adelaida González

 

Las sustancias que pueden llegar a provocar las alergias estarían en el polen de las plantas sobre todo de las Gramíneas, en el pelo de algunos animales domésticos, en los ácaros, en las picaduras de los insectos y en algunos alimentos y medicamentos. Y el tomar antibióticos con mucha frecuencia no favorece al sistema inmunológico.


Los síntomas de una reacción alérgica pueden ser muy variados dependiendo de la sensibilidad de cada persona y de su respuesta inmunológica. Por ello durante esta época del año -la primavera y comienzos del verano- hay que ingerir en abundancia alimentos que protejan nuestras defensas sobre todo los ricos en vitamina C. Es muy recomendable beber zumos de frutas en abundancia, en especial los de uva negra y de manzana. Asimismo se aconseja tomar infusiones de grosellero negro, saúco, tomillo, té verde y eucalipto. Remedios tan naturales como tomar a diario una cucharadita de miel, es un modo de vacuna para el organismo frente al ataque primaveral de las alergias.

La equinácea es una planta medicinal que produce un estímulo inmunitario fortaleciendo nuestras defensas de forma natural, su tintura ayuda a paliar los efectos de las alergias. En Europa la equinácea no crece silvestre, pero se cultiva en muchos jardines. Se emplea o bien la raíz o toda la planta para obtener extractos alcohólicos, ya que su infusión ofrece resultados menos satisfactorios.

Desde los laboratorios Quiton, dedicados exclusivamente a la preparación de agua de mar microfiltrada en frió siguiendo las directrices de su fundador, el biólogo y filosofo francés René Quiton, proponen una nueva alternativa para paliar los efectos de la alergia con el agua de mar. Diversos estudios llevados a cabo en universidades tanto públicas como privadas nacionales e internacionales confirman los beneficios que el agua del mar tiene sobre nuestro organismo.  El Dr. Marco Francisco Payá Torres, Director Médico de los Laboratorios Quinton, explica que “Gracias al Agua de Mar, las personas alérgicas podrán mantener en equilibrio las mucosas nasales, permitiendo hacer frente a las molestias de las alergias”. 

 

Con la contaminación, más alérgicos en la ciudad que en el campo

Paradójicamente, en los últimos años se están registrando más alérgicos al polen en las ciudades que en las zonas rurales, debido a los altos niveles de contaminación urbana. La polución además de afectar a las vías respiratorias, también se deposita en el suelo y afecta a las semillas y raíz de la planta, son contaminantes tóxicos que producen estrés ambiental alterando las características fisiológicas de las plantas y convierten a los pólenes en potentes alergénicos. El doctor Francisco Feo Brito, alergólogo del Hospital General de Ciudad Real, señala que “la mezcla de pólenes de plantas y partículas de contaminación es muy peligrosa. El polen de ciudad es mucho más agresivo ya que la contaminación produce cambios en la estructura de las partículas y éstas tienen mayor capacidad de provocar sensibilización en el paciente, el paso previo a padecer una alergia”. 

Las alergias respiratorias aumentan por el alto grado de contaminación ambiental en algunas grandes ciudades con un tráfico intenso donde las partículas diesel son los agentes contaminantes que empeoran el estado de las personas alérgicas. “Se ha demostrado que en áreas con alta densidad de vehículos, la liberación de las sustancias proinflamatorias en los pólenes alergénicos es más del doble que en las zonas rurales con menos tráfico, y estas mismas sustancias hacen que el propio polen contacte con las vías respiratorias y pueda actuar iniciando incluso la reacción alérgica”, afirma el Dr. Feo.

 

Recomendaciones para afrontar las alergias

Las alergias al polen a modo general, van desde finales del invierno o comienzos de la primavera hasta bien entrado el verano, dependiendo de cada tipo de planta, a esta alergia también se la conoce como «fiebre del heno».

Los expertos aconsejan que cuando se viaje se haga con las ventanillas cerradas y que en casa a primera y última hora del día procuremos tener las ventanas cerradas, por ser los periodos de mayor polinización. También aconsejan el uso de humidificadores de aire con filtro anti polen. Asimismo es recomendable que al llegar a casa nos cambiemos de ropa, ya que el polen tiende a depositarse en esta, así como en el pelo, por lo que no estaría de más también lavarlo.

La estación primaveral es la época del año que más salidas se hace al campo, entonces estamos expuestos a las picaduras de insectos como las abejas y las avispas. Esta alergia a los insectos es debido a las sustancias tóxicas que nos inyectan con sus picaduras. No es la alergia más común, pero sí una de las más graves debido a sus consecuencias al poder provocar cuadros de anafilaxia en los que existe riesgo vital. Para evitar estas picaduras se pueden seguir unas sencillas pautas: no llevar ropa de vistosos colores. Evitar andar descalzo, y mejor portar un zapato cerrado. No ahuyentar al insecto si lo tenemos cerca, con ello conseguiríamos el efecto contrario al pretendido. Y en nuestras casas mantener los cubos de la basura bien cerrados para que ningún insecto se introduzca en ellos.

La alergia a los ácaros también se puede padecer con mayor asiduidad en esta época estacional. La expresión común “alergia al polvo” significa “alergia a los ácaros del polvo”. Los ácaros son, precisamente, los responsables de un gran número de alergias respiratorias. Estos microscópicos animalitos prefieren los ambientes cálidos y húmedos, con lo que su hábitat ideal es nuestro hogar.

Para paliar este tipo de alergia se pueden seguir unas sencillas recomendaciones: usar aspiradores dotados con filtro antiácaros. Cuando se limpian estancias en nuestro hogar, principalmente en el dormitorio, el polvo hay que procurar eliminarlo con un paño húmedo, evitando que este quede entre la moqueta, las cortinas, las alfombrillas, los libros o los tapetes. Los tejidos de las sabanas y cubrecamas deben ser resistentes para que puedan lavarse a más de 55º, puesto que a esta temperatura el ácaro no sobrevive. Son mejores los colchones de materiales sintéticos no porosos e impermeables para evitar los ácaros. Los que contienen materiales de origen animal o vegetal como lana, cáñamo o fibras naturales, constituyen un cómodo refugio para los ácaros, donde anidan a sus anchas. Las estancias bien aireadas y limpias de polvo ayudan a evitar trastornos alérgicos.

La piel y el pelo de algunos animales también pueden provocar alergias, en especial los gatos. Estas alergias conllevan los clásicos estornudos en las vías respiratorias y en otras ocasiones pueden aparecer erupciones cutáneas. Así que se evitará dejar entrar al animal que nos provoca la alergia en nuestras estancias.

Muchas personas manifiestan alergias a ciertos alimentos, siendo los más comunes, la leche de vaca, los huevos, algunos pescados y mariscos. Las alergias a los frutos secos se localizan principalmente en los cacahuetes.

En general todos los medicamentos son susceptibles de provocar alergias. Las personas alérgicas a ciertos medicamentos no deben tomarlos, y tienen que informar a su especialista de tal condición.