Image Image Image Image Image Image Image Image Image Image
Menu +

Arriba

Top

14 septiembre, 2015

Obras que hablan y se sociabilizan

Obras que hablan y se sociabilizan
Entrevista a Federico Porfiri
Por Margarita Gómez Carrasco

«El arte, porque está hecho de la misma materia que los intercambios sociales, ocupa un lugar particular en la producción colectiva» dice Nicolás Bourriaud en su texto Estética Relacional. Ese lugar específico de interacción, es lo que propone la última producción de Federico Porfiri. El artista apunta a un más allá, se abre al dialogo y a la discusión, en un espacio social representado por facebook, en el cual sus obras interactúan y se despliegan en forma lúdica.

¿Te consideras un artista multifacético?
La verdad que sí, los que trabajamos en ilustración y también hacemos obra plástica, no somos completamente ilustradores. Estamos en el medio. Pasó que en el ’94 aproximadamente empecé a trabajar como ilustrador. Después entré en bellas artes.

¿A qué edad empezaste a trabajar como ilustrador?
Tenía diecisiete años. Después me metí en la carrera de arte porque me pareció natural. Ahí me encontré con otro mundo, el mundo del arte, entonces empecé a estudiar. Me di cuenta que podía también hacer obra, de hecho hice unos cuadros de dos metros por uno cincuenta cuando estaba en el Bellas Artes. Seguí dibujo ahí, pero también pintaba y no pintaba mal.

¿Por qué decís pintaba, en pasado, no volviste a pintar más?
Sí, volví a la pintura, pero últimamente la obra había empezado a ser más conceptual de alguna manera con la aparición de las redes sociales, sobre todo de Facebook. Se empezó a dar como una especie de intercambio con la gente que uno interactúa, y se fue dando esto de subir bocetos y que la gente los comente y a partir de esos bocetos armar obras más interesantes.
Ya no se sabe bien cuál es la obra, si la que está colgada, la del atelier o la que se subió a las redes y se reprodujo.

¿Cómo está inserta en el arte contemporáneo tu producción de ilustraciones?
Creo que pasa más que nada por el título de las obras. Algunos de los títulos de los trabajos son preguntas. Por ejemplo, en una de las muestras, varias de las obras daban para interactuar, tenían varios personajes y entre ellos había que elegir quien era «el idealista», quien era «el malvado», « cual era Ernesto», por ejemplo. Algunas de las obras hacen alusión a la obra de Oscar Wilde… Y bueno ahí, lo contemporáneo creo que es eso, la obra indagando al espectador y la cuestión de que esté en las redes sociales, en internet. Y que esté sin miedo porque mucha gente quizás le tiene miedo a la copia.

¿Cómo te llevas con el mercado del arte?
No me llevo mal en el sentido que no me cuesta desprenderme de las obras. En el otro sentido, recién estoy ingresando, estoy haciendo mis primeras ventas.

¿Tienes alguna galería que te represente?
Estoy en Galería Imada. Es una galería chica que trabaja con artistas emergentes. Está en Soler al 3900.
¿Cuál es el concepto de tu última obra?
El concepto fue el de work in progress. Fue una muestra en la que se expuso todo lo que pasa entre dos muestras grandes, entonces todas las acuarelas y los dibujos, acrílicos, obras que uno hace mientras va haciendo otras obras más grandes e importantes.

¿Cómo una antología?
Sí, claro, había algo de eso. Obras de los últimos tres años. Eran acuarelas, acrílicos, dibujos, todo en pequeñas dimensiones. El título de la muestra se llamaba «Lección personal» pero también había otra cosa, un juego. La gente tenía que elegir cuál de las obras desearían que se llevara a grande. Había una encuesta y la gente que visitaba la muestra hacia su voto. Algunos explicaban porque, otros no. Y bueno, la próxima muestra tendría que exponer la obra que sale de esta muestra anterior.

¿A través de la participación del público en esa muestra, sacaste la idea de lo que expondrás en el futuro?
Si, esto es un poco lo que he venido trabajando espontáneamente de lo que ha surgido en las redes sociales, porque a la gente le gusta interactuar. Y es una manera de llamar la atención pero también de proponer. Hay preguntas que no son tan amables.

¿Cuáles son esas preguntas?
Una vez subí unas imágenes de unas obras que hice en círculos chiquititos y ahí les preguntaba ¿quién es el idealista de esos cinco personajes, de esos cinco retratos?. Y hubo comentarios de todo tipo. Igualmente yo creo que ahora la gente está menos propensa a comentar en Facebook, se están cuidando más. La discusión que se podría dar normalmente en una reunión, en las redes sociales la gente se lo toma más a pecho.

Es muy novedoso introducir una pregunta en una obra, porque no es poesía visual, es una interpelación directa. ¿Te acuerdas de otra pregunta?
Una de las obras que tiene nueve personajes preguntaba ¿cuál de estos personajes se llama Ernesto?, y ahí alude a la obra de Oscar Wilde donde se juega con la importancia de las personas. En la obra hay hombres, mujeres, y habla un poco de la igualdad en el sentido de quienes pueden ser los importantes. Hoy en día la cuestión de género no está suprimida, muchos cargos importantes los ocupan las mujeres, hay cada vez menos prejuicios.

Esa pregunta pareciera invitar a jugar también ¿no?
Y tiene que ver con lo lúdico también, tiene que ver con que hoy en día las muestras de arte, no son lúdicas, si lo fueron serían mucho más interesantes.

Hablemos de la materialidad de tu obra, elegís trabajar con acuarelas sobre papel…
Si, utilizo lápices, trabajo en la gama del negro, a veces introduzco color, tengo facilidad para trabajar con muchos materiales, trabaje con varios. Ahora estoy tratando de acotar eso y estoy prefiriendo tener los trabajos en óleo, es un óleo que yo preparo a partir de pigmentos de ferrite, óxido de hierro, haciendo mis propios colores.

En tu obra ví un rasgo de automatismo, seres y mundos de fantasía, en otras obras paisajes desiertos de personas…
Yo trabajo mucho en unas libretas chiquitas de bocetos y entonces ahí surgen. Fue surgiendo un lenguaje mirando otras obras, dejándome llevar por la casualidad, un poco por algo automático, pero el dibujo es bastante definido y tiene que ver con el dibujo infantil de la ilustración también. El trabajo mío es un poco problemático en el buen sentido porque tiene conexiones con muchas cosas y la figura mía tampoco es una figura muy definida porque no soy ni el artista ni el ilustrador. Está en el entrecruce.
A mí también me ha interesado la cosa conceptual o teórica, si bien yo no soy una persona que va a desarrollar una teoría, trato de nutrirme de eso. En este momento hay muchos paradigmas del arte que han dejado de estar vigentes, sobre todo en el paradigma de los formatos, imágenes estilos. Hoy uno puede manejarse en varios tipos, la obra no tiene que ser algo rígido o estático.
Hay muchas cosas que ya están hechas, la crisis para el artista es algo importante porque ¿Qué hacer hoy en día? Muchas veces lo que se plantea como nuevo es una reelaboración de lo anterior. La cuestión de que hoy en día convivan tantos tipos de imágenes diferentes genera un conflicto de que es lo que está bien y a donde va, ¿hoy en día, cómo sabemos cuándo una obra es buena? Muchas veces las cuestiones de progreso en el arte, dependen del artista pero también del entorno, porque se vuelve a la cuestión del gusto subjetivo.

¿Una obra que te identifique?
La de Ocho malvados y un inocente.

¿Cuáles son tus referentes nacionales e internacionales?
En Argentina me gusta mucho la obra de Miguel D’arienzo, de él tome un poco el humor y el tema de preparar los pigmentos, internacional, al que miro bastante y me sirvió para encontrarme, es Rob Dunlavey, viendo su trabajo pude encontrar cosas que me gustan, porque aparte tiene un lenguaje bastante abierto.

¿Qué le dirías al público que aún no conoce tu obra?
Le diría que trate de conocer mi obra, las artes plásticas son muy interesantes, abren la cabeza. Vale la pena hacer obra y ver.

Las obras de Federico Porfiri tienen un plus, son más que imágenes, encontramos ilustraciones que hablan, pinturas de enigmáticos rostros, paisajes desiertos de personas, todos ellos invitan al espectador a interactuar a través de interrogantes. De esa forma, el interés no recae en la subjetividad del artista, sino en una particular manera en que las obras dialogan y se sociabilizan.